EL BENEFICIO DE LA INGORANCIA


La historia reciente de la Guatemala moderna nos cuenta la dura y dramática circunstancia en la que las últimas generaciones de chapines nos hemos visto involucrados. El uso de la fuerza y el abuso de poder siempre ha existido desde la época colonial e incluso desde la era Maya. 

Los sangrientos hechos cometidos por la fuerza bruta y obedeciendo a los intereses de los poderes nos ha llevado a sangrientas batallas y un odio que entre humanos nos estamos matando y no sabemos por qué. 
Esa ironía e ignorancia de obedecer sin cuestionarnos antes de emprender acción y pensar en que me beneficia y, qué si acaso no me están utilizando(?)

Cito al colombiano-japonés Jokio Kenji, "Desconocer una verdad me hace esclavo de una mentira.", analizando a fondo esta frase me hace pensar que por muchos años hemos sido manipulados y guiados por poderes oscuros que esconden sus intereses y nos utilizan a su modo y antojo aprovechándose de nuestra ignorancia y falta de interés. 

La ignorancia y falta de interés es, en parte culpa nuestra, por no salir de nuestro letargo y no sacudirnos de viejas ideas y conceptos que por años nos han sido inculcados, unos que sin intensión nos plantaron y  otros que si tenía una doble intensión a beneficio de alguien.

En pleno siglo XXI no es culpa de las escuelas el hecho de que no sepamos algo, porque algo se les tuvo que haber escapado, es culpa nuestra porque las herramientas las tenemos a la mano. Aunque admito que hay quienes están aún sumidos en la pobreza y es tarea nuestra llevar el conocimiento. 

La historia nos cuenta de los sangrientos hechos ocurridos hace muchos años como: un Hitler, un Rios Mont y batallas que hoy en día se siguen librando y que son secretos a voces, esto ocurre a lo ancho y largo de la tierra. 

Lejos de las fuerzas brutas que se utilizan para manipularnos y despojarnos de nuestros derechos, existe una intolerancia peor y que está entre nosotros y que a veces hasta formamos parte de ella y es la intolerancia religiosa. Steve Jobs, decía: "Las religiones son las diferentes puertas para entrar al cielo." Esto me hace pensar en que no importa en que Dios creamos, si así lo hacemos, lo que realmente es cierto es que todos venimos del mismo y nos dirigimos hacia el mismo, sólo que con diferente nombre.

Las banderas, naciones, razas o fronteras son los limites que los países nos han impuesto a todos por el miedo a la globalización y desarrollo que podría afectar sus intereses políticos, económicos y sociales. Porque no les conviene que nos desarrollemos como humanos y como sociedades que avanzan hacia un futuro mejor sin necesidad de estos. 

Nuestra patria y nuestro amor como humanos estará donde nosotros estemos. 

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