Ahora ve y cómprate un poquito de vergüenza, Jimmy Morales




Con el eslogan de ni corrupto ni ladrón el comediante que llegó a la máxima magistratura del país, sin prometer ni planificar una estrategia de gobierno para alcanzar objetivos medibles y concretos deja el país incluso peor de cómo lo encontró.

El eslogan se le rompió y se le restregó en la cara al descubrir que el diablo dormía en su casa, al revelarse varias denuncias no solo en contra de su figura presidencial sino de su hermano e hijo en casos de corrupción.

La travesía de Morales por el palacio de gobierno transcurrió con más tragos amargos que aciertos, esto para la población para él no fueron tan amargos,  durante su gestión en la lucha contra la corrupción dejo cojo a un Ministerio Público que con dificultades logra resolver menos del 10% de los casos que tiene asignados con deficiencia clara para manejar casos de alto impacto como el de Otto Pérez Molina o Roxanna Baldetti.

Sus alardes de “nacionalista” los predicó desde que estaba en campaña, sin embargo, esa era pura teoría. En la práctica puso a Guatemala de alfombra para las políticas migratorias en beneficio de los Estados Unidos.

Pues a través de los ministerios de Gobernación y de Relaciones Exteriores firmaron el Acuerdo de “Tercer país seguro”, ¿seguro? Sí, un tratado que ratifica a Guatemala con las capacidades para admitir migrantes del triángulo norte y México para esperar por las respuestas de asilo solicitadas a Estados Unidos en territorio guatemalteco.

Pero, ¿para quién Guatemala es u país seguro?       

Guatemala y sus contradicciones entre la teoría y la práctica –otra vez-. Sí, otra vez. Guatemala no es un país seguro y aquí el por qué.

El país no avanzó durante la administración de Morales y Jafeth Cabrera, pues la tasa de embarazos en niñas desde 10 años sigue en aumento y ninguna política de prevención o mitigación tuvo resultados. Aún en el las áreas rurales hay miles de niñas que producto de una escasa o nula educación sexual y también víctimas de violaciones sexuales por parte de padres o algún familiar siguen dando a luz. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, las cifras siguen en aumento año con año.

La vulnerabilidad de los infantes es cada vez más evidente, pues más del 49% de los niños sufre de desnutrición crónica. El peor país para ser niño en América Latina. En el mismo sentido, no hubo avances ni políticas efectivas para contrarrestar esos datos alarmantes.

Asimismo, durante su gestión se registró un incendio de grandes proporciones que dejo al menos 50 niñas carbonizadas en lo que se conocía en el papel como “Hogar Seguro” , jóvenes bajo el resguardo del Estado por algún tipo de conflicto con sus padres o con la ley. El caso sigue impune. (Otro)

Los datos anteriormente señalados, quedan cortos al evidenciar que aunque la economía crece y se mantiene un ritmo que favorece al país, estos datos reflejan la cara de las dos Guatemalas, una clase que mayormente está en el área urbana, que crece de la mano de nuevas tecnologías, que invierte, que satisface sus necesidades básicas y que está ocupada en mantener el estatus quo y haciendo lo que deba para conservar sus privilegios invisibilizando a la Guatemala rural.

La Guatemala rural, en pocas ocasiones se presenta a la ciudad y no hace por anhelos de conocer la ciudad (del futuro) sino para exigir que se garanticen sus derechos y a veces para recordarle al estado que ellos también están cubiertos por la misma Constitución Política.

El ilusionista nos entretuvo entre tanto que destruía la institucionalidad del país, donde por cuatro años se mantuvo en la silla y que ahora se va, pero que su legado se mantendrá al servicio de aquellos a quienes privilegio y la situación precaria de la niñez no solo de las Verapaces, sino de Sololá o Quiché se mantendrá a lo largo de los ciento 8 mil kilómetros que comprende al país.

Mientras quien cazaba aviones cargados de droga con camiones viejos, sigue siendo una mofa del imaginario colectivo el país, quizá la historia, tal vez la justicia y si no,  al menos la población se lo recrimine, se lo recuerde, se lo juzgue y lo más importante se lo castigue.

NI corrupto ni ladrón, pero sí un traidor de la confianza de un pueblo que atemorizado por la demagogia de Baldizón y Sandra Torres depositó en alguien tan vil para engañar y manipular.

Hasta luego Morales, el papel de Presidente de la República de Guatemala te quedo muy grande si de algo te sirve ahora ve y cómprate un poquito de vergüenza porque nunca  fuiste un presidente  a sombrero.

amos.gonzalezz.media@gmail.com

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