#MujeresYPolítica Mujeres, ¿son llamadas a elegir o para ser electas?
Mayoría de mujeres
lidera padrón electoral
ante baja representatividad en
candidaturas
Mujeres buscan generar propuestas de inclusión y equidad en los distintos ámbitos del poder público. Foto: Amos González |
Como un viento que sopla en contra y se lleva el colorido güipil de Ixchel Guorón, así es como las mujeres que representan los pueblos indígenas, y mujeres en general, anhelan un cambio estructural en el ámbito político electoral y permitirles de esta manera un espacio más incluyente en la toma de decisiones del país.
La
lucha por la inclusión ha sido un camino que inició en Guatemala en la década
de los años 40, cuando se dio a las mujeres la ciudanía universal y el derecho
para emitir su sufragio. Fue así, como en 1956 llegó al Congreso de la República
Rosa de Mora, la primera mujer legisladora en la historia del país.
Candidatas inscritas ante el TSE. Collage: Amos González |
Uno de
los logros que resalta, según el último padrón actualizado del Tribunal Supremo
Electoral –TSE-, es el interés de la mujer por incorporarse en la toma de
decisiones que tienen que ver con elegir a sus representantes en distintos
puestos públicos.
Es así, como el TSE registró hasta el 31 de enero de 2019 el total de personas
empadronadas en el país, donde resalta el número de mujeres aptas para votar, donde
las mujeres representan el 54%; asimismo, el porcentaje de hombres con
intención de voto alcanza un 46%.
Desde
la perspectiva de la diputada Sandra Morán, esta es una meta cumplida, el hecho
de alcanzar a las mujeres para elegir a sus autoridades, acto que la
parlamentaria atribuye a dos partidos políticos, los cuales ella considera han trabajado con mujeres, en su mayoría,
para lograr atraer el voto de este grupo en particular.
Dip. Linares Beltranena on SoundTrack
https://soundcloud.com/amos-gonzalez-969933989/dip-linares-beltranena
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Morán,
resalta el trabajo realizado por el partido Unidad Nacional de la Esperanza
–UNE- y el partido (ya extinto) Libertad Democrática Renovada –LIDER-, por el
manejo publicitario que dieron al tema de programas sociales, donde las
beneficiadas principalmente eran las amas de casa.
Dip. Sandra Morán, sobre la participación
de la mujer.
A
pesar de la luz que el padrón electoral podría irradiar en el oscuro camino de
las mujeres en la brecha político-electoral, este objetivo, que pareciera ya
cumplido, también refleja las sombras del otro lado del panorama político en
Guatemala.
Para
Ada Valenzuela, Coordinadora de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas
UNAMG-, las ciudadanas son llamadas para elegir pero no para ser electas. La
activista contrasta el 54% de las mujeres que representan los datos del padrón
electoral del TSE y el porcentaje de mujeres postuladas a cargos de elección.
En la
misma línea y sosteniendo lo que Villagrán comentó, la organización Mirador
Electoral publicó un estudio del comportamiento de las Elecciones Generales
2015 en Guatemala, respecto a la participación de las mujeres en las casillas
de las papeletas.
Luego
del análisis realizado por el ente internacional, éste reveló los datos que no
son alentadores para las féminas, pues vislumbran la apertura de una cortina a
la inclusión y reflejan la escabrosa senda que existe en un espacio ocupado por
una alta mayoría de hombres que están cómodos en el poder.
Ante
tal interpretación, Mirador Electoral anunció que en el año 2015 del total de
candidaturas inscritas para cargos públicos, las mujeres representaron un 18%,
señalando que no alcanzan ni una quinta parte con relación al total de puestos
que fueron convocados a elección en los comicios pasados.
Además,
de las candidaturas a la presidencia y vice presidencia, ¡recabó que las mujeres
constituyeron un 7%! Asimismo, mencionó que de las diputaciones distritales para
las mujeres estas reflejaron un 26%, para hablar de las alcaldías el dato
arrojó que de las 338 corporaciones municipales fueron electas 10 alcaldesas,
lo cual constituye un 3%.
De
esta manera, Mirador Electoral concluyó que las mujeres representan únicamente
el 6% de personas electas en las Elecciones 2015, de esta cuenta, sentenció la
grave exclusión de las mujeres en el ámbito del poder público e hizo un llamado
para realizar reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos del TSE.
Mujeres buscan reformas que garanticen inclusión e
igualdad
Como
una trenza que se alterna con colores, que representen a los hombres con el
color del entusiasmo, con el color de la resistencia y perseverancia a las
mujeres y un color vivo para los pueblos indígenas. Así es como las mujeres y
grupos activistas conciben y anhelan que el país genere leyes que beneficien y
faciliten su participación en puestos públicos.
Los
grupos feministas y otros sectores tanto hombres como mujeres, han abierto
brechas para lograr la alternabilidad y paridad a un sistema que se alimenta de
la cultura, sin embargo, avanzar por la inclusión de los pueblos indígenas en
el ámbito político-partidario es un reto aún mayor.
Así lo
aseveró el último estudio publicado por el Instituto Holandés para la
Democracia Multipartidaria (-NIDM- por sus siglas en inglés), titulado Techos
de Cristal, Barreras patriarcales a la participación política de las mujeres en
Guatemala.
El
análisis publicado en febrero pasado, recabó entrevistas con mujeres que
representan distintos grupos en Guatemala. Del cual expresó que en general la
mujer enfrenta diversas formas de discriminación a lo cual llamó barreras
diferenciadas.
EL
NIDM señaló tales obstáculos desde el punto de vista de la discriminación de
género donde en una intersección se cruza el racismo, indicando que por el
hecho ya no solo de ser mujer, la cultura guatemalteca, le agrega prejuicios de
etnicidad para demeritar la capacidad de las mujeres; condicionando así, su
participación en cargos públicos.
En el
mismo sentido, la diputada Andrea Villagrán, resalta que históricamente el
poder público ha pertenecido a los hombres y que a las mujeres las han dejado
en lo privado, es decir, la alejan de las oportunidades para poder involucrarse
a la arena política.
De
igual manera, considera que debe ser viable una ley de paridad que obligue la
democratización interna a los partidos políticos para que lleguen las mejores
mujeres y los mejores hombres.
La diputada
señala que los congresistas que están en contra de una legislación que permita
no solo la paridad sino también la alternabilidad, son hombres que han
mantenido el poder y que se basan en el argumento de que al poder llegarían
mujeres que no tienen la capacidad. Sin embargo, se pregunta:
-
¿Y ellos?, ¿tienen la
capacidad?
Ante
tal interrogante, Villagrán pidió que no solo se recrimine a las mujeres sino a
ambos géneros.
“Existe un reto porque a las
mujeres se les ve como
Ixchel Guoron, representante de los pueblos indígenas. |
escaleras”
Siguiendo
la misma temática, Ixchel Guorón, representante del Movimiento Nacional de
Tejedoras y perteneciente a la cultura maya Kaqchikel, declaró que el Estado ha
sido racista, excluyente y patriarcal; asimismo, que en ese sentido hay una
brecha enorme para la participación de las mujeres y tales condiciones son más
evidentes hacia los pueblos indígenas.
“Existe un reto
porque a las mujeres se les ve como escaleras para que otras personas lleguen
en este caso los hombres, nosotras podemos también decidir a no solo estar en
las gradas exigiendo sino también tomando decisiones en el Congreso y Alcandías”, sentenció Ixchel Guorón.
Desde
el Congreso de la República de Guatemala, ha habido intentos por promover la
participación de más mujeres y de los pueblos indígenas en la política, a pesar
de ello, tales iniciativas no han logrado los consensos necesarios para poder
traducirse en hechos que puedan abrir un espacio más transitable para la inserción
igualitaria.
En el
mismo Organismo Legislativo existe una Comisión de la Mujer, que se enfoca,
según su mandato, en promover políticas públicas para la inclusión de ellas a
la espera política-partidaria.
En
2009 la Comisión de la Mujer estuvo presidida por la diputada Delia Bac, donde
a través de consensos con otras nueve mujeres congresistas lograron presentar
una iniciativa de ley que buscaba reformar el artículo 212 de la Ley Electoral
y de Partidos Políticos –LEPP-.
El
artículo 212 sobre Paridad, alternancia e inclusión de los pueblos indígenas en
la representación, buscaba satisfacer las necesidades del sector de mujeres que
llaman a que se escuche su voz y de esta forma que se cumpla la igualdad que
reza la Constitución Política de la República de Guatemala.
Tal
reforma no logró los consensos ni los votos necesarios que necesitaba para
pasar las lecturas y así convertirse en una obligación del Tribunal Supremo
Electoral –TSE- de permitir la alternancia en los listados de elección; entre
hombre y mujer y entre hombre indígena y mujer indígena.
En
resumen, las diputadas: Andrea Villagrán y Delia Bac, así como Ixchel Guorón,
representante indígena, consideran oportuno que se legisle a favor de la
igualdad de género sin importar la etnia a la que pertenezcan y, aseguran que
estas leyes fortalecen la democracia de un país a través de la participación e
involucramiento de las féminas y culturas originales, pues así lo reflejan
legislaciones similares en Argentina o Costa Rica.
“¡La paridad es una obligación forzosa, legal-artificial!”
Las
reformas que se promovieron para modificar las leyes que garanticen la igualdad
y alternancia en los espacios políticos, fueron retomadas en 2016 y 2017. La
propuesta para reformar el artículo 212 de la Ley Electoral y de Partidos
Políticos, llegó al Congreso de la República nuevamente el 18 de octubre de
2017.
Ese
día, el diputado Luis Fernando Linares Beltranena tomó la palabra y expuso sus
argumentos que lo llevan a estar en contra de la reforma pues la considera que
sería inconstitucional e indigno. El legislador dijo que hay mujeres que han
llegado al poder por méritos y no por cuotas.
Dip. Linares Beltranena on SoundTrack
https://soundcloud.com/amos-gonzalez-969933989/dip-linares-beltranena
SoundCloud
“Todo parámetro para acceder a la política o a
cualquier otro tema debe ser mérito y no simplemente por haber nacido con un
accidente biológico de mujer. Eso es discriminatorio y creemos que, por mérito,
como está actualmente es como debe hacerse”, así declaró el parlamentario.
En el
mismo sentido, el diputado Estuardo Galdámez, se refirió al respecto señalando
su oposición a aspectos que cambien la actual legislación exponiendo que, si
estas reformas avanzan en favor de las mujeres, luego otros grupos vendrían
también a pedir que se les incluya, a través de leyes, en los puestos políticos
e hizo referencia a la comunidad de lesbianas, homosexuales, bisexuales y
transexuales –LGBT- (por sus siglas en inglés), por lo tanto, rechazó las
propuestas.
Las
declaraciones de los diputados fueron aceptadas por algunos sectores
conservadores y algunos otros las recriminaron. Tanto que por las declaraciones
dadas por Linares Beltranena, el diputado enfrenta un proceso de antejuicio ordenado
por la Corte Suprema de Justicia por supuesta discriminación.
El
tiempo ha pasado, y desde el 18 de octubre del 2017 cuando la propuesta de ley
para reformar el artículo 212 sobre Paridad, alternancia e inclusión de los
pueblos indígenas en la representación, fue engavetada, y así en 2019 los
diputados se mantienen firmes en sus convicciones.
Ambos
diputados coinciden hoy en este espacio en que estas reformas no son viables
porque “abaratan” la incursión en la política, pues a través de una ley la
paridad sería una obligación forzosa legal-artificial la inclusión de mujeres e
indígenas. Por lo tanto, coinciden en que se restringiría la libertad para la
participación de cualquier ciudadano violando principios constitucionales, de
elegir y ser electos, que tienen todos los guatemaltecos.
Un capítulo pendiente...
Es un
hecho que la inclusión de mujeres al ámbito político en el país está muy por
debajo de las estadísticas relacionadas con la participación masculina en temas
del poder público.
Es
pertinente que en Guatemala surjan cambios estructurales para promover
liderazgos que permitan el avance en temas de equidad e inclusión, no solo de
mujeres sino promover la participación de personas capaces para gobernar y
dirigir instituciones del Estado.
Sin embargo,
las barreras diferenciadas que existen en la cultura deben ser desaprendidas
para reaprender nuevos conceptos que nos acerquen más a una visión de país
incluyente que coincida y represente a todos los grupos que conforman este país
multicultural, plurilingüe y multiétnico.
Es
este aspecto, la academia juega un papel muy importante para generar conciencia
sobre temas que aquejan a una sociedad muy marcada por fragmentos históricos
que han determinado la conducta de sus habitantes.
Por lo
tanto, es tarea de todos, y más de los profesionales en la sociedad, no solo de
exigir sino de propiciar que la sociedad avance en aras de la educación para
encaminarse hacia un futuro visionario que logre y cumpla con las necesidades
de todos.
El
capítulo pendiente que la sociedad guatemalteca enfrenta es subir el 6% de la
partición política electoral de las mujeres, en relación a la notable
diferencia del 94% de la participación de los hombres.
Seguramente, no
es un viento de noviembre, el que se necesita para generar la democratización
de los partidos políticos, sino un empoderamiento de las mujeres a través de la
educación para que estas tengan las herramientas para arar y florecer en su
propio suelo.
La participación de las mujeres en el ámbito politico electoral es una utopia que está reflejada en estadísticas reales y corroborables. Donde del total de 25 mil 813 candidaturas registradas en los comisios del 2015, las mujeres alcanzaron 4 mil 559; que representan un 18% del total de postulaciones inscritas, es decir, ni una quinta parte; tal escenario no es diferente en el proceso electoral del 2019.
amosthesmarter@gmail.com
amos.gonzalezz.media@gmail.com
La participación de las mujeres en el ámbito politico electoral es una utopia que está reflejada en estadísticas reales y corroborables. Donde del total de 25 mil 813 candidaturas registradas en los comisios del 2015, las mujeres alcanzaron 4 mil 559; que representan un 18% del total de postulaciones inscritas, es decir, ni una quinta parte; tal escenario no es diferente en el proceso electoral del 2019.
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